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Con zuecos y pijama

Por Marcos Pastor Galán

La falta de médicos


La falta de médicos en España es un tema que ya ha saturado a la población desde hace tiempo. Es un debate sin final a corto plazo que no tenía más recorrido que el que ya ha sido explicado tantas veces, pero sale cada mes para abrir nuevas vías de negociación salarial. O al menos esa es la intención de quien lo saca a pasear.

Ya expliqué hace un año que España tiene más médicos que la media europea. También, están peor remunerados hablando en términos de salario frente a coste de vida. Por otro lado, las competencias en nuestro país también son inferiores, en el sentido de que hay otro personal que realiza funciones que en otros lugares tiene el médico. Así que, paradójicamente, el salario sí está equilibrado en función de estos parámetros.

Pero, si hay más médicos que la media de la UE, no se entiende que digan que faltan más. Para ello debemos profundizar en otros aspectos. Para empezar, es cierto que hay plazas vacantes, sin embargo, también es cierto que se ofrecen plazas en especialidades no competitivas para el sistema público, pagando la formación de un médico que irá a un sector privado directamente. Además, la organización del sistema público no está optimizada, generando algunas especialidades poco útiles para las que hay otras profesiones, por ejemplo, farmacia o rehabilitación.

Por otro lado, los recortes de plazas MIR hace 10 años, han causado un déficit de reposición que poco a poco se va solventando, en concreto, dentro de 4 años estará en superávit. El tercer punto es que este año los MIR terminan ahora, en septiembre y no en junio, debido a la pandemia de 2020. Y ya como factor final, tenemos la presión de quienes no quieren solucionar el problema porque así pueden sacar tajada.

Y aunque parezca raro, los promotores de la revuelta no están preocupados por el tema. En su flaqueza moral, el sindicato  y algunas asociaciones teóricamente independientes a él, han reconocido en público que no recomiendan a los residentes quedarse a trabajar al finalizar el MIR. En Asturias, el sindicato médico lograba salir en prensa regodeándose de convencer a los residentes de que se marchen de la comunidad.

Mismamente, aquí en Castilla y León, algunos médicos han evitado que los residentes rotasen por el servicio de emergencias de para evitar que se queden a trabajar. El gran beneficio reside en poder hacer más guardias extra y, además, cobrarlas con un importe superior, mas concretamente, un 50% por encima del importe habitual. Una jugada maestra con la que llevar dinero al bolsillo mientras se dramatiza en la prensa haciéndose los mártires.

El resultado final concuerda con el debate de hace unas semanas sobre la prescripción enfermera de ciertos medicamentos. ¡Vaya casualidad! Quienes generan todo este caos, se oponen a una mejora de su trabajo mediante la reducción de carga asistencial. Sin embargo, tienes salen perjudicados de la falta de compañeros porque no tienen interés en trabajar más extra, están de acuerdo en reorganizar todo lo necesario el sistema y acoger a los MIR con los brazos abiertos.

Estos días Mañueco culpaba al Gobierno Central de los problemas sanitarios autonómicos, competencia que lleva ejerciendo su partido desde 2001. Quizás, si la administración se dedicase a administrar y no a vivir del cuento, habrían sabido ver todo este embrollo. Porque cualquier observador se da cuenta rápido de que falta organización, orden y menos palabras en prensa.