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Ilusionados por la política

Por Félix de la Fuente

¿Son tan malos los jueces españoles?


Por lo que estamos viviendo en España los últimos tiempos tendríamos que llegar a la conclusión de que la formación jurídica de nuestros jueces es de muy mala calidad y que, además, están violando constantemente los derechos humanos.

No, no se trata del juez de paz de un pueblo perdido en la Serranía de Ronda. Se trata de los jueces del Tribunal Supremo español. Pues bien, estos jueces están violando repetidamente, según el Tribunal Constitucional, los derechos humanos, al saltarse a la torera la presunción de inocencia, que es uno de los principios fundamentales de la jurisdicción.

Si los jueces del Tribunal Supremo actúan así, ¿qué podemos esperar de los demás jueces de categorías inferiores?

¿Qué hace entonces la Comisión Europea, tan vigilante con la Justicia en Polonia y Hungría y tan permisiva con la Justicia española?

La Comisión Europea es la guardiana de los tratados y debe vigilar la calidad democrática y el respecto a los derechos humanos en los países miembros. Y ya va siendo hora de que controle el caos jurisdiccional de España

Para los simples ciudadanos, y entre éstos me encuentro yo, a pesar de tener la carrera de Derecho, resultan incomprensibles estas luchas internas entre los más altos tribunales españoles.  Por otra parte, no veo en la Constitución ningún artículo que mencione, entre las competencias del Tribunal Constitucional, la de revisar las sentencias del Tribunal Supremo.

Uno de los dos tribunales –el Tribunal Supremo o el Tribunal Constitucional– se está pasando de raya- ¿Es la Justicia española actual realmente independiente?

La Comisión Europea no puede demorar ni un minuto más la respuesta a esta pregunta.   

España ha sido la pionera en la defensa de los Derechos humanos. Ahí tenemos a Francisco de Vitoria y a la Escuela de Salamanca. No podemos permitir que el Tribunal Supremo viole la presunción de inocencia o, lo que sería mucho más grave aún, que el Tribunal Constitucional politice la justicia y anule a los demás tribunales.